La segunda práctica de Ricardo Caruso Lombardi tuvo su propio sello. Barajó y dio de nuevo. Con varios jugadores en puestos distintos a los acostumbrados, el técnico realizó su primer ensayo de fútbol. Antes de comenzar, la mayor duda estaba en el arco, pero Campagnuolo se ubicó para los titulares y la despejó. De todas maneras, Caruso tenía un as en la manga. Los cambios en la defensa y en el medio sorprendieron a todos. Abajo sólo se salvó José Shaffer de los retoques. Pero fue en la zona de volantes donde se vio la verdadera revolución. Puso a Franco Sosa por la derecha, Franco Peppino fue doble cinco junto a Claudio Yacob (como lo hizo varias veces en la época de Llop) y Adrián Lucero siguió como carrilero por la izquierda. ¿Y Falcón? Entre los suplentes. Adelante estuvo tranquilo, ya que apenas maquilló por la ausencia de Rubén Ramírez. Estuvieron Pablo Lugüercio y Leandro González, quien justo jugó de delantero cuando Racing le ganó a Argentinos, próximo rival, en el Apertura. Y, dato clave, el ex Olimpo metió el gol de la victoria en el Maradona.
En dos tiempos de 40 minutos, los titulares ganaron 2-1 (Yacob y González para los titulares, y Chatruc para los suplentes). Pero cuidado, todos estos cambios no indican mucho, ya que será hoy por la mañana, cuando el DT realice una práctica formal de fútbol a puertas cerradas, donde definirá el equipo que enfrentará a Argentinos. Y seguramente habrá variantes. Ayer entró en acción la lupa de Caruso ya que se dedicó a probar a los jugadores que ya conocía en puestos diversos. Y al resto los examinó a fondo: se quedó hasta las dos de la tarde dirigiendo el partido que disputó la Reserva contra los juveniles.
Caruso está a full. Sabe que el tiempo que tiene para conocer al detalle a sus muchachos es muy poco y no quiere perder ni una milésima de segundo. Es por eso que está encima de ellos, hablándoles, motivándolos y explicándoles ciertos errores. Así lo hizo durante la práctica. Ante cada pelota parada hablaba con la defensa y la repetía una y otra vez hasta que las cosas salían bien. También dialogaba con Campa antes de algún córner y, a pesar de su escasa estatura, en ciertos casos parecía decirle cómo salir a cortar los centros. El es así, está o intenta estar en todo. Inventaba faltas para los titulares y los suplentes, corría a la par de ellos y en cuatro oportunidades mostró trabajos de pizarrón.
A mil por hora y sin perder tiempo, Caruso Lombardi arrancó en la Academia. Y, obviamente, hasta en las prácticas de fútbol aportó su cuota de viveza y picardía. ¿Lo habrá hecho para despistar a los del Bicho? No se sabe, pero de a poco su presencia se empieza a notar...
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