La amargura llevas en la piel.....
Es el fiel reflejo de lo que es ser hincha de Indesingente.
Fuente: http://foros.infiernorojo.com/showthread.php?t=81212>
El final de los principios
Racing Club Vs Independiente - En vivo
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¿Linea de tres?
HORRIBLE !!!
Volver al pasado
Volver al pasado....al pasado cercano, aquel en el que mantener la vaya en cero parecía algo habitual. Aquel pasado donde Racing con actitud y combativo que realizó el milagro de zafar de todo y volver a ilusionar a la gente. Aquel pasado donde Racing mostraba esa entereza que hacia que los rivales no sepan como ganarle.
A ese pasado debe volver Racing y de manera urgente. La promoción otra vez nos saluda y el equipo no llega a mostrar todo aquello que logró en el torneo anterior. A favor del técnico figura el hecho de que las lesiones de jugadores claves hayan diesmado al equipo, pero por el otro lado, la audacia de traer jugadores sin experiencia en primera hace que los tiempos de Racing no son los mismos que los que pueda tener otro club, y eso a Caruso le puede jugar en contra.
No hay que ser pesimistas, pero si estar atentos para no dejar pasar mas tiempo y empezar a sumar en serio. Será tarea de Caruso hacerle entender a los jugadores que en Racing no hay tiempos de gracia.
De Olivera, el dueño del arco
Entre los silbidos con que los hinchas de Racing despidieron a sus jugadores, entre una profunda decepción frente a un partido que se le escapó por la exagerada postura del equipo de meterse atrás, entre la preocupación por la ausencia de triunfos en el torneo... Entre tantos motivos de malestar, hubo algo positivo para Ricardo Caruso Lombardi: encontró al arquero. Luego de prácticamente no haber tenido trabajo en su debut, ante Arsenal, anoche Jorge De Olivera fue exigido muchísimo y respondió con una solvencia que le permitirá seguir como titular. Es decir, le robó el puesto a Pablo Santillo, quien dejó algunas dudas en sus primeros dos partidos y viene de un esguince en el tobillo izquierdo que lo marginó hasta del banco.
"Estoy viviendo un sueño con esto de poder atajar en un club grande, y encima en este nivel. Ojalá lo mantenga", expresó el arquero. Consultado sobre su futuro más inmediato, sus declaraciones llevaron impregnada una cautela considerable: "No sé si voy a continuar de titular, eso es algo que decidirá el entrenador. Yo tendré que acatar lo que él elija".
Sólo el centro de Stracqualursi hacia atrás, previo a que Chirola Romero la empujara al gol del empate, pudo vulnerar a Dida, dueño de una noche que rozó la perfección. En los centros, en los remates por abajo y en los de arriba. Siempre transmitió una seguridad plena que no se vio en Racing desde el estreno de Hilario Navarro. Fueron seis las pelotas de gol que tapó, la mayoría en el primer tiempo: voló hacia su izquierda y con la mano cambiada sacó un tiro de Cardozo que iba al ángulo izquierdo, controló dos cabezazos difíciles a Stracqualursi, mandó al córner un disparo de Rinaudo, le sacó un complicado remate a Vizcarra y en el segundo tiempo le detuvo un tiro libre potente de Maldonado, pese a que la barrera obstaculizó su visión. Además, nunca se complicó con los pies.
Voló mucho, resolvió bien por estar ubicado y en los envíos aéreos atenazó la bocha desde su 1,96 metro. Más allá de las cualidades técnicas, también les habló constantemente a sus compañeros para que se alejaran del área y adelantaran las líneas. Como sus gritos no alcanzaron, se le observaron gestos de incomodidad y resignación. Pero fue la figura, el hombre determinante para que la derrota de Racing no fuera todavía más profunda. A él se lo debe el equipo
Deportivo Empate
Nocaut técnico. En ese juego previo que Madelón había impuesto desde la dialéctica, el DT de Gimnasia había dicho que Racing era como un boxeador que no cambia piña por piña. Un sabio. Racing es un boxeador, sí, pero más bien tipo Rocky Balboa, que se deja golpear hasta que saca una mano celestial. Claro, en el fútbol la cuestión suele ser distinta: el que especula, y abusa de esta maniobra, a la larga termina en la lona. En un inicio de campeonato donde apenas van cuatro fechas, el volcán entró en ebullición: los tiempos se acortan, el juego no aparece y el fantasma del descenso, que maquilló la pobreza de ideas en el semestre pasado, ahora ya no pesa como atenuante. Por eso el puntito de anoche dolió como una derrota. Por eso el Cilindro nuevamente volvió a ser una ópera con silbidos atronadores como música, con hinchas agolpados insultando a Caruso y a los jugadores, con esa insípida sensación de que el equipo va para atrás.
Del optimismo de pretemporada (¿se acuerdan de eso de que "ahora vamos por las copas"?) a la triste realidad. Ojo, empatar no es triste, no jugar a nada sí. Pasó otro rival directo, porque aunque duela, ahora sí Racing deberá empezar a preocuparse otra vez de los rivales directos. Gimnasia, que llegó a Avellaneda desangrado, con tres derrotas al hilo y sin goles a favor, lo tuvo a cachetazo limpio durante todo el primer tiempo. Seguramente, acá pueda encontrarse la única gota de agua fresca en medio de tanto desierto: la noche dejó la certeza de que Caruso encontró el arquero. Lo de De Olivera fue tremendo. Enorme para sacar todo lo que le cayó. No pudo hacer nada en el empate de Romero: hubiese sido demasiado.
Es insostenible, desde todo punto de vista, la tendencia que tiene Racing de retroceder en el campo. ¿Quién tiene la culpa? ¿Los jugadores? ¿El DT? Señores, es compartido. Aunque el cabeza de grupo es el que elige y arma la estrategia... La Acadé es un equipo corto entre sus defensores y volantes. Y es un equipo extremadamente largo entre los volantes y los puntas. Entonces, todo concluye en pelotazos largos, pura lucha. Saben que arriba Lugüercio está programado para chocar y chocar, para pelear como un león. Así, es probable que Santiago Phelan, entrenador de Los Pumas, lo convoque para algún test match.
Racing no fue ni siquiera inteligente para aprovechar el 1-0 que consiguió en su peor momento, acaso en la única jugada "colectiva" que mostró. Tuvo ¡10! minutitos de furia en el arranque del segundo tiempo. Murió ahí. El doble cinco retrocedió. Los volantes desaparecieron. La pelota ardía y el partido pedía a gritos un buen pie para tenerla un poco (Grazzini, nuevamente, entró a la hora en que los boliches cierran). Gimnasia fue para adelante. Sí, también sin fútbol, pero avanzó, lo buscó. Se avivó que del otro lado estaban para atrás.
Mismo equipo para enfrentar al Lobo
¿Quien hace un gol en Racing?
Con más ganas que ideas y con la necesidad de mejorar lo hecho en las dos primeras fechas del torneo, salieron a jugar Arsenal y Racing en la fría y lluviosa tarde de Sarandí.
La lucha por la posesión de la pelota fue una constante en uno y otro equipo, destacándose en ese aspecto Cristian Álvarez y Facundo Pérez Castro, en el local, y Sebastián Rosano y Damián Ledesma, en la ‘Academia’.
Después de un mejor comienzo de Arsenal, Racing emparejó el juego y el partido salió un poco de la monotonía que lo caracterizó durante la primera etapa. Así, a los 10 minutos, Federico Poggi no alcanzó a conectar un centro desde la izquierda y enseguida un remate del uruguayo Rosano fue rechazado con dificultad por Cristian Campestrini. Insistió el ex jugador de Tigre y su disparo fue controla por el arquero local.
En plena ofensiva del conjunto visitante, el ‘Arse’ estuvo cerca de ponerse en ventaja, pero el oportuno rechazo de Matías Cahais, en la línea, evitó lo que parecía la apertura del tanteador.
Cuando se encontraron Pablo Lugüercio y Rubén Ramírez levantó ligeramente su andar el equipo de Ricardo Caruso Lombardi. De esa manera, en el minuto 21, Ramírez, junto al segundo palo, definió mal y desperdició una chance de gol. El ex atacante de Colón de Santa Fe volvió a fallar cuatro minutos antes de que finalizara el primer período.
En el segundo tiempo fue Racing el que tomó la iniciativa y buscó desnivelar con mayor insistencia que Arsenal. A los 2 minutos, una vez más Rubén Ramírez falló frente al arco de Campestrini tras recibir un largo pase de Brítez Ojeda.
A todo esto, el conjunto de Jorge Burruchaga intentó sorprender a con las proyecciones por el sector derecho de Diego Galván, quien cada vez que pasó al ataque lo hizo con buen criterio. A los 8’ un derechazo del ex jugador de Estudiantes de La Plata se fue apenas desviado. Más tarde, Adrián Lucero pifió cuando se aprestaba a rematar y a los 18’ Brítez Ojeda, de buena tarea, remató desviado.
Racing quiso pero no pudo y Arsenal se aferró al empate como si se tratase de la salvación.